Mi nombre es James Crawford, actualmente preso en el Centro de California Correctional Facility en Soledad, Ca.
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Mi nombre es Jim. Yo crecí con mí mama en un hogar de clase media en Riverside, sintiéndome amado y seguro y disfrutando mi niñez. Como adolescente yo encontré un trabajo como un instalador de alfombras e hice una carrera de eso. El dinero era bueno, pero en vez de ahorrar y planear para un futuro, yo empece a juntarme con personas que tomaban mucho, fumaban Marijuana y usaban speed. Lo que me atrajo a este grupo fue la aceptación y diversión, viviendo relajado y libre de preocupaciones. Yo sabia que las drogas eran ilegales pero no pensaba de mi mismo como un criminal. Yo trabajaba duro y me gustaba la fiesta, y manejando cuando estaba intoxicado lo veía como no crimen para mi.
Cuando yo tenia 21 años fui arrestado por un DUI (conducir bajo la influencia de intoxicantes) y yo vi eso solo como una infracción de trafico cara. Entonces yo conocí a alguien quien me explico como podría hacer dinero fácil falsificando cheques, así que trate eso pero fui arrestado y sentenciado a sesenta días en la cárcel del condado. Los sesenta días fueron suficientes para mi, y decidí alejarme de actividad criminal como esa, pero continué juntandome con el grupo para la fiesta y viviendo sin sentido o propósito a largo-plazo.
Por los siguientes diez años yo trabaje y me divertí en la fiesta y a pesar de que sabia que debería enfocarme mas seriamente en que haría con mi vida, yo no quería retirarme de mis amigos del grupo de la fiesta. Yo no tenia metas solo divertirme después del trabajo a los fines de semana.
Un día de verano en el año 2000 yo estaba tomando Tequila con un amigo en un casino en Palm Springs. De hecho yo no tome mucho ese día y a pesar de esto estaba ligeramente contento no me sentía borracho. Temprano en la tarde nosotros nos subimos a mi camioneta Chevy 1970 y dejamos el casino para regresar a la área de nuestras casas en Riverside. Nosotros no fuimos muy lejos.
A unas pocas millas de Palm Springs yo trate de rebasar a un carro por la derecha, pero vire muy lejos y mis llantas derechas se metieron a una ruta de arena. Yo lucho por recordar todo desde ese punto, pero mi camioneta se salio de control. Se tambaleo cruzando el camino y se estrello de frente contra un carro que venia con una mujer y su hijo de once años.
La mujer murió instantáneamente y su hijo estaba herido. Mi pasajero y yo fuimos expulsados de la camioneta cuando esta se voltio en el camino y se estrello contra un segundo carro, hiriendo a dos mujeres.
Después del choque yo estaba todavía consciente pero confundido. Me puse de pie en el camino y estuve cerca de ser golpeado por otro carro. Yo recuerdo haberme puesto dentro de una ambulancia y entonces desperté en el hospital, tratando de entender donde estaba y por que tenia una I.V. en mi brazo. Yo vi a mi madre y a mi padre cerca de mi cama. Entonces ellos se fueron y un oficial comenzó a hablar conmigo. El me dijo que yo había asesinado a una mujer inocente y que yo tendría muchos años en prisión para pensar acerca de todo esto.
Yo fui condenado de asesinato y sentenciado a prisión con un termino de 34 años-a-cadena-perpetua. A pesar de que mi nivel de alcohol era mas bajo que el limite legal, mi juicio estaba alterado y no podía reclamar yo “tuve un accidente.” Manejando buzzed es un crimen que enseña cuan insensible yo era para la seguridad y bienestar de otros.
Cuando llegué a prisión por primera vez, no sabía cómo podría sobrevivir mentalmente en este ambiente durante los próximos treinta años. Un día estaba leyendo un libro cristiano llamado “Hechos asombrosos”, que hablaba de cómo Jesucristo cumplió todas las profecías del Antiguo Testamento sobre el Salvador del mundo. Esto me interesó en la Biblia, y al leer las Escrituras sentí un fuerte tirón en mi corazón. Comencé a leer más y más, y tomé cursos de estudio bíblico por correo. Un día, cierto versículo me confirmó que, caminando con Cristo, estaré desilusionado sin importar lo que sucede a mi alrededor. El versículo es Filipenses 4:13, que dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. A través de la fe en el Señor Jesucristo, he aprendido a vivir con paz y plenitud, incluso durante el dolor de la prisión y la conciencia de haber herido a tantas otras personas.
Yo ahora he estado en prisión por 17 años. Cuando yo me metí a mi camioneta en ese día y maneje saliendo del casino, no podía imaginarme que unos pocos minutos mas tarde yo mataría a una madre inocente y devastar a múltiples familias, incluyendo la mía. Mi actitud era, “Yo solo quiero tener un buen momento.” Yo sentía que no era negocio de nadie si yo quería tomar y manejar. Pero esto comenzó a ser negocio de otras personas, y mi actitud sin importar la seguridad de otros resulto en muerte y destrucción mas allá de lo que nunca hubiera imaginado pudiera causar.
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