Mi nombre es Mark, actualmente preso en el Centro de California Correctional Facility en Soledad, Ca.
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Escuche an audio el testimonio de Mark:
Mi nombre es Mark. A la edad de 18 años entré a La Fuerza Aérea y serví por seis años como un mecánico de aeronaves (especializado en trabajar en el avión espía U-2). Durante mi ultimo año en la militar yo también asistí Yuba College en el Norte de California, estudiando bioquímica como un paso hacia mi sueño de ser un medico. A la edad de 25 años la Fuerza Aérea me concedió mi solicitud de despido honorable, y en Septiembre del yo comencé mi segundo año de estudios en Yuba, planeando eventualmente transferirme a la Universidad de California en Berkeley. Yo tenia ahora 25 años, y nunca había estado en problemas con la ley, y me sentí bien con la vida enfrente de mi.
Un viernes en la tarde una amiga llamo para cancelar una cita, explicando que su perro se había lastimado y necesitaba se llevando al veterinario. Yo estaba solo en mi apartamento y pensando que usaría al resto de la noche para estudiar, pero un amigo de nombre Dan llamo y sugerio nos reuniremos para tomar en un restaurante llamado “Gracias Dios Es Viernes.” La idea sonaba buena, así que me subí en mi For Ranger y maneje al restaurante a unas cuantas millas.
En el restaurante yo disfrute un par de horas con Dan, hablando de la universidad y mujeres y todo lo que saliera, y consumiendo dos bebidos mezcladas a lo largo de la platica. Cerca de las diez decidimos irnos a un bar a una ciudad cercana, con ambos manejando cada quien su carro. Yo iba un poco contento por el alcohol, y estaba esperando una noche divertida con otros amigos. Después de estacionar mi carro yo camine al bar, mirando arriba al cielo estrellado y disfrutando el aire del otoño. Me sentía bien.
Adentro del bar yo tomaba y socializaba con un grupo pequeño de amigos, y para las dos, tiempo de cerrar yo estaba muy borracho. Yo sabia que manejando en esta condición era inseguro, pero mi apartamento solo estaba ocho millas de distancia y habría muy poco trafico a esa hora. Asi que me metí a mi carro y arranque a casa.
Yo llegue a la autopista I-80 y estaba en un carril despacio. Después de unas cuantas millas yo vi adelante una clase de actividad en el camino cerca de una rampa de salida, como trabajo de construcción, y yo interprete esto como un carril cerrado. Mis sentidos estaban muy torpes por el alcohol que no me di cuenta que oda la entera sección de la autopista estaba cerrada y todo el trafico estaba siendo dirigido a la rampa de salida. Pensando que esto solamente era un carril cerrado, e vez de manejar a la derecha para salir yo mire a la izquierda al carril rápido. Yo sentí un fuerte golpazo, y me preguntaba si había golpeado una barricada, pero yo continué manejando sin mirar atrás. Muy pronto, en menos de un minuto, yo oí una sirena y vi en el espejo las luces rojas intermitentes en un carro de policía que venia rápido atrás de mi.
Yo me salí del camino y me pare, sintiéndome preocupado sobre posiblemente siendo requerido tomar un examen de sobriedad. El oficial se acerco a mi carro, y yo esperaba que el me pidiera mi licencia pero en vez de eso el abrió la puerta y me jaló afuera. Yo me sentí confundido y molesto por el rudo trato, y entonces yo oí que el dijo: “Tu acabas de matar a mi amigo.”
Cuando el oficial me dijo que había a alguien, yo dije: “Tu eres un mentiroso.” Yo no he matado a nadie, hasta donde yo sabia, y yo estaba enojado de ser tratado como un criminal. Otros oficiales rápidamente llegaron, y yo fui esposado y llevado a la estación local de policía donde fui puesto en una celda hasta que yo tuviera algo de sobriedad. Después de esto, yo fui escoltado de la celda a un cuarto de interrogatorio y ahí entendí que cuando manejando borracho golpie y mate a un oficial de policía en servicio.
Yo fue condenado a asesinato en segundo grado y he estado ahora en prisión por once años en una sentencia de 15-años-a-cadena-perpetua. Todos los días yo tengo que vivir con la verdad de que mate a un hombre inocente. El hecho que yo no intente lastimar a nadie no trae a la vida al hombre que mate. Mi sueño ser doctor se destruyo, lo mejor de mis años serán pasados en prisión y la familia de otro hombre es dejada sin un esposo y sin un padre.
Cuando llegué a la cárcel, estaba mejor y quería culpar a los demás por lo sucedido. Unos meses después empecé a asistir a los servicios de la iglesia y fui invitado a reunirme los lunes por la noche con un pequeño grupo de reclusos que hablaban de cómo Jesús les ayudaba con su problema con la bebida y con otros problemas. El Espíritu Santo trabajó a través de estos hombres y experimenté el Amor de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Sé que a través de la fe en el Señor estaré bien, pase lo que pase en el mundo que me rodea. Además, al dar mi corazón a Cristo, he experimentado la verdadera belleza de la vida de maneras que no podría haber imaginado. Solo Cristo me ha transformado de una persona egocéntrica que a menudo no podía controlar mis propios impulsos, hacia una persona que puede vivir de manera consistente con el autocontrol y la tranquilidad mental y el cuidado sincero por los demás.
Yo desearía poder regresar atrás y no haber hecho esto. Yo desearía haber tomado seriamente el hecho de que manejar cuando esta uno intoxicado es un acto muy egoísta que enseña el descuido insensible por la seguridad y bienestar de otros. Yo me veía a mi mismo como una buena persona a quien le gustaba ira fiestas el fin de semana, pero mi imprudencia me llevo a mas destrucción y problemas del que nunca hubiera imaginado verme envuelto, y por el resto de mi vida yo estoy atrapado con esto.
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